“La casa en la vida del hombre suplanta contingencias, multiplica sus consejos de continuidad. Sin ella, el hombre seria un ser disperso. Lo sostiene a través de las tormentas del cielo y de las tormentas de la vida. Es cuerpo y alma. Es el primer mundo del ser humano. Antes de ser lanzado al mundo como dicen los metafísicos rápidos, el hombre es depositado en la cuna de la casa.”
Barchelard Gaston, La poética del espacio, FCE,1975.